19.5.10

Charly García - Clics Modernos (1983)

Carlos Alberto García Moreno Lange nació en Buenos Aires, Argentina, el 23 de octubre de 1951. En su nutrido árbol genealógico musical figuran bandas como: Sui Géneris, La Máquina de Hacer Pájaros, Billy Bond and The Jets y Serú Girán.  Ésta última, reconocida como una de las grandes bandas en la historia del rock argentino.

Me imagino que los únicos que lo llamaban Carlos Alberto eran sus padres, el resto del mundo lo conocemos como Charly García, el controversial personaje de los lentes y el bigotito. El extravagante Charly García, unas veces políticamente rabioso, otras veces rabiosamente romántico y otras más, sólo rabioso. En su repertorio es difícil encontrar una melodía anodina, todas llevan un toque especial, a veces se le descifra entre líneas y a veces el tiro es directo a la cabeza o, en su defecto, al corazón.

Clics Modernos fue presentado en diciembre de 1983 en el célebre estadio cubierto Luna Park. Ahí mismo donde han tenido lugar eventos memorables tales como el funeral de Carlos Gardel o la boda de Maradona, ahí mismo donde Carlos Monzón retendría el título mundial mediano noqueando a Tony Mundine, ahí mismo se presentó Charly García con su banda y un joven relativamente desconocido detrás de los teclados: un tal Fito Páez.

Paradójicamente y como suele suceder con los clásicos, Clics Modernos no entró a la historia de la música con mantequilla. Su impacto entre el público rockero argentino fue más bien negativo. Le reprochaban un uso excesivo de teclados. También se extrañaban las guitarras clásicas del rock setentero. Clics Modernos es muy electrónico, digamos, es rock-pop y, si me apuran, más pop que rock. Sin embargo, esto abre muchas posibilidades: el tenor del disco es esencialmente pausado. Tiene la virtud de la pausa que tenía Maradona en los tres cuartos de cancha. Es paciente. El segundo track, No Soy Un Extraño, ejemplifica bien lo anterior: cadencia y genialidad melódica.

Las letras detrás y delante del ritmo pegajoso de Clics Modernos llevan una carga política importante. Nos Siguen Pegando Abajo, No Me Dejan Salir, Plateado Sobre Plateado  y, por supuesto, la excelentemente bien ejecutada y enchinadora de pieles, Los Dinosaurios, todas tienen implicaciones políticas, en todas hay señales de dolor y de rabia hacia la puta dictadura y sus repercusiones.

Charly García es un personaje non grato, incómodo y aguerrido. Amo y adicto de sustancias y escándalos. Vetado alguna vez en Uruguay por madrear a un fotógrafo, criticado en Colombia por rebautizarla “Cocacolombia”, acusado en Paraguay por encerrar prostitutas en el hotel. Polémico cada vez que lo entrevistaron, agresivo con personajes varios, entre ellos la inocente islandesa Björk quien se le quiso acercar y sólo obtuvo un empujón que la mandó de nalgas. Cuenta la leyenda que hasta el “Jefe” Bruce Springsteen ha sentido la vibrota del porteño que no va en tren sino en avión, cuando en un concierto en River, Charly lo encaró diciéndole: “Acá el jefe soy yo”.

Charly García es un peldaño obligatorio para entender no sólo el Rock Nacional (como suelen llamarlo en la Argentina) sino la historia del rock latinoamericano en general. A México llegó con Clics Modernos y desde entonces no se ha ido. Yo mismo a la edad de 9 años me emocionaba cuando en la radio esa voz limpia y para mí todavía anónima cantaba “Estoy verde, no me dejan salir”. Entonces pensaba: “Maldita sea, yo también quiero salir”.


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